martes, 15 de abril de 2014

VIA CRUCIS SANTÍSIMO CRISTO DE LA PAZ 2014



El Pasado día 9 de abril, salió en procesión la Imagen del Santísimo Cristo de la Paz, venerada en la Parroquia. Fueron más de 500 personas las


que participaron en el cortejo procesional y otros tantos que siguieron la procesión por las calles del barrio. El Vía Crucis fue un acto litúrgico y piadoso que inauguró los días de pasión. Queremos agradecer a las personas que hicieron posible el desarrollo de todo el evento. Fue un acto de testimonio y fe pública por nuestras calles. Dios bendiga a todos

CUARESMA Y PASIÓN EN GRANADA









La Cuaresma es un camino que nace de la Pascua del Señor y hacia ella nos conduce con una renovada actitud de autenticidad en nuestra respuesta. Antes de la Cuaresma existió la Pascua. Los discípulos de Jesús y los primeros cristianos celebraron con gran entusiasmo la resurrección del Señor. Comenzaron a celebrar la Pascua, y es desde el gran acontecimiento pascual desde donde tiene sentido la Cuaresma y  celebrarla con espíritu de conversión. La Cuaresma, es por tanto, un tiempo litúrgico que nos prepara para celebrar la pasión-muerte y resurrección del Señor.
Pero, podríamos formular la siguiente pregunta: ¿prepararnos, para qué? Vamos a vivir y celebrar, y esto significa conmemorar, actualizar, aquellos momentos en lo que Jesucristo, hijo de Dios, entregó la vida por todos en la cruz, y al tercer día resucitó. Pero el camino de nuestra celebración pascual será un camino de vuelta o retorno. Cristo, el Señor, nos ha abierto la puerta de la fe y esperanza a través de su Pascua. Por eso la Cuaresma comienza y termina en el horizonte pascual.
Durante estos días, nuestra Madre la iglesia nos propone volver a Dios. Es el camino de la conversión. Nuestra conversión, nuestro esfuerzo cuaresmal, estará marcado por el deseo de permanecer en el Señor. No se trata de un camino de autorrealización personal; de una búsqueda y esfuerzo por conseguir una supremacía ética o una perfección diseñada por uno mismo.
Todo lo contrario, la Cuaresma es el camino en el que renunciamos a nosotros mismos, ayunamos de nosotros mismos, para buscar con más sinceridad  a Dios, siguiendo el camino de su Hijo Jesucristo y profundizando en sus enseñanzas que nos muestran el amor de Dios Padre como el origen y la garantía de futuro de todos nosotros. Es tiempo para reconocer que dependemos de él, y sin El no podemos hacer nada. Desde la Cruz, que es la entrega por amor de su libertad al Padre y a los hombres, Jesús nos muestra el verdadero camino de la conversión.
 

Convertirse significa abandonar toda seguridad humana, y seguir con sencillez y confianza al Señor. Es algo extraño para los tiempos que corren,  pero se trata del camino cierto y seguro que nos llevará a Dios.
Desde el inicio del itinerario cuaresmal, Jesús nos invita a ir con él al desierto, para oír en el silencio el amor que nos tiene; también para acoger la Palabra de Vida; para caer en la cuenta de la verdad de nuestro ser de hijos de Dios; para hacer visible nuestra identidad de hermanos y para seguir anunciando, con alegría, el Evangelio de Jesús en nuestro mundo.
No tengamos miedo para caminar en la Cuaresma aunque suponga arriesgar algo de mí. Cuando contemplamos durante estos días en la calle o en los templos,  el rostro del Señor o de su Madre Santísima. Cuando cada una de las cofradías y hermandades de nuestra ciudad se preparan  para la Semana Mayor, debemos pensar en el verdadero rostro del Cristo en su pasión.
 

El Espíritu nos abre los oídos del corazón y nos reviste de fortaleza para estar con él, para caminar con él, y para entregar la vida como El. Es necesario arriesgar y entregar. En estos tiempos donde todos buscamos seguridades, ausencia de complicaciones, una vida tranquila y sin agobios… en estos tiempos se hace más necesario que los creyentes en Cristo seamos capaces de arriesgar y entregar. El Papa Francisco nos exhorta a salir a la calle y anunciad con palabras y hechos, que somos testigos del amor del Señor. Es tiempo de dar gratis aquello que recibimos gratis a precio de sangre, dolor, cruz, lágrimas, pasión. Es tiempo de   amar como El nos ha amado y también de perdonar.
La Cuaresma, en definitiva, nos invita a realizar el mismo camino que hizo Jesús en la Pascua. Un camino de amor y pasión por todos los hombres y mujeres de la tierra, un camino inundado de entrañas de misericordia para quienes más necesitan en nuestros tiempos. Este camino lo realizó Cristo, sanando enfermos, curando leprosos, dando de comer al hambriento, hospedando al que estaba sin techo. Es, en definitiva, el camino de conversión que nos propone este tiempo.
El paso solemne de cada una de las cofradías granadinas, repleto de arte, tradición, fervor popular, oración y mística, requiere acompañar la vida de quienes a nuestro alrededor, necesitan consuelo, esperanza, misericordia, perdón. Hagamos posible una conversión al amor, buscando el rostro de Cristo que sale a nuestro encuentro.