Todo sobre la parroquia de los agustinos recoletos en Granada
martes, 28 de octubre de 2014
sábado, 25 de octubre de 2014
martes, 21 de octubre de 2014
FESTIVIDAD DE SANTA MAGDALENA DE NAGASAKI EN LA PARROQUIA
El pasado día 20 de octubre, la Orden de agustinos recoletos celebró la festividad de Santa Magdalena de Nagasaki patrona de la Fraternidad Seglar. Tuvo lugar en la parroquia de Santo Tomás de Villanueva de Granada.
Durante
tres días se preparó la fiesta con un solemne tríduo en honor a la Santa:
Adoración eucarística, Vísperas y meditación. Cada día del tríduo fue preparado
por las comunidades que integran la fraternidad en la parroquia.
El
día 20, festividad de la Santa,
tuvo lugar la solemne concelebración de la Eucaristía presidida por el
párroco y toda la comunidad del colegio-parroquia santo Tomás de Villanueva.
Cantó la coral polifónica de la parroquia “Amigos cantores de Granada”.
Tras
la celebración, la presidenta de la fraternidad granadina, Dª Amalia Vicente,
invitó a todos los asistentes a compartir la fiesta con una cena en los salones
parroquiales. Fueron momentos agradables donde trato de manifestarse la alegría
de convivir los hermanos unidos.
La
fraternidad seglar de Granada cuenta con más de ciento veinte miembros. Está
formada por cuatro comunidades que se reúnen semanalmente. Trata de ser
expresión del carisma agustino recoleto en los diversos ambientes de la sociedad: familia,
trabajo, vida pública… Todos los días participan de la Misa parroquial y
trabajan en diversos sectores de la comunidad: catequesis, atención a enfermos,
liturgia, Cáritas, ministros extraordinarios de la eucaristía. Hay que
agradecer su labor encomiable en toda la vida de nuestra parroquia.
Que Santa Magdalena de Nagasaki
bendiga a nuestra fraternidad con la santidad de vida y con nuevas
vocaciones.
viernes, 10 de octubre de 2014
ORAR EN TORNO A LA FIESTA DE LOS SANTOS
Cristo nos hace
partícipes de su amor.
En este mes de
noviembre, la Iglesia nos invita a mirar a nuestros seres queridos, que
partieron de éste mundo al encuentro con el Padre. La liturgia contempla a
Cristo resucitado, que ha vencido a la muerte y al pecado, y es nuestra
salvación.
A mediados, casi al
final del mes, celebramos a Cristo, constituido Señor del universo. Es una de
las fiestas más importantes del calendario litúrgico, porque celebramos que
Cristo es el Rey del universo. Su Reino es el Reino de la verdad y la vida, de
la santidad y la gracia, de la justicia, del amor y la paz.
Meditemos la palabra de
Dios que nos invita a contemplar a Cristo, Señor de nuestra historia en los
momentos finales de su vida, antes de sufrir la pasión. Cristo nos enseña el
reinado de la humildad, de la paz, del servicio, de la entrega, en definitiva,
el reinado del amor. Aprendamos de Cristo a coronarnos cada día con esa corona
de virtudes que adornó su vida. El camino de la santidad es Cristo, como dice
san Agustín: “Cristo es tu camino”.
Entonces Pilato entró de
nuevo al pretorio y llamó a Jesús y le dijo: "Eres tú el Rey de los
judíos?" Respondió Jesús: "Dices eso por tu cuenta, o es que otros te
lo han dicho de mí?" Pilato respondió: "Es que yo soy judío? Tu
pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. Qué has hecho?"
Respondió Jesús: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este
mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero
mi Reino no es de aquí."
Entonces Pilato le dijo:
"Luego tú eres Rey?" Respondió Jesús: "Sí, como dices, soy Rey.
Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de
la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz."
Oremos
confiando en el amor y el poder de Cristo, que nos invita a la santidad:
Señor,
Dios mío, ayúdame a ser santo.
Santo
sin premio,
Santo
para no ofenderte,
Santo
para servir mejor a los demás.
Señor,
en el día de hoy,
que
recordamos y celebramos la memoria de todos los Santos,
ayúdame
a acercarme más a Ti.
A
ellos les ruego que pidan al Espíritu,
me
conceda los dones necesarios para ser mejor.
No
porque yo merezca algo,
Sino
para que mi alabanza llegue a Ti, más plena.
Señor,
Perdóname,
Por
mis faltas y pecados,
Por
todo lo que podía haber hecho y no hice,
Por
todo lo que podía haber servido y no serví,
Por
todo lo que he desaprovechado.
Dame
tu Bendición para que el resto de mi vida,
Te
sea Fiel y Caritativo,
Luz
Tuya y Servidor de Todos,
según
Tu me pidas en cada momento.
Gracias
Señor por Tu Misericordia conmigo.
Amén
Gesto:
Se nos invita a orar con un pequeño
símbolo. No se si les será fácil tener en las manos una pequeñas espinas de un
rosal o de alguna zarza. Pueden confeccionar una pequeña “corona de espinas”, y
hacer una sencilla oración.
Pensemos en aquellas cosas que más nos hacen
sufrir en la vida, o más duras se nos hacen. Tratemos de imitar con ello a
Cristo, que fue coronado de espinas como verdadero rey. Nosotros también podemos
imitar su reinado, uniendo a su persona todo aquello que más nos cuesta en la
vida.
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